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i936 — 1937

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MaQues aéweos

a poôta€ione§ ciwiies

Contra toda razón, contra todo derecho de gentes y contra toda huma-
nidad, los aviones rojos bombardean ciudades abiertas. - Nadie ignora
este reiteradisimo hecho monstruoso, pero conviene recordarlo, recalcando
sus perfiles, para que las alegaciones que en su descargo suelen hacer,
oficial u oficiosamente, los perpetradores de tales atentados, resulten vanas
y totalmente desmentidas por el sincero convencimiento de todo el mundo.
La aviación roja gusta, en efecto, de prescindir de objetivos militares
cuyo bombardeo requiere pericia y sacrificio y necesita arriesgarse, para
entregarse sadicamente, a la fruición de causar victimas en la pobla-
ción civil.

Este desquite de la impotencia, busca para asestar sus golpes la com-
phcidad o el encubrimiento de la nodie, las nubes o la altura.
Dijérase que a los rojos nada les irrita tanto como el consolador espec-
taculo de nuestras ciudades de retaguardia, donde, no obstante la pre-

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ocupación de la guerra, se vive en absoluta normalidad, probândose
asf que se halla perfectamente montada la organización civil y social
del Estado, en contraste patente con la zona roja, asiento terrible de
todo desorden e inseguridad.

Acotando un determinado lapso de tiempo para hacer mâs visibles en
breve espacio la intensidad y alcance de los cn\'menes aludidos, fijemos
la atención en los perpetrados ültimamente, en Abril y Mayo, en Vallado-
lid, Zaragoza, Granada, y Cordoba; cuatro ciudades de primordial im-
portancia entre las capitales de provincia espanolas; las cuatro de tan
prestigioso pasado, segùn lo atestigua su respectivo caudal histórico y
artistico, como de prospéra y afanosa vida actual; las cuatro, ademâs,
alejadas de los frentes de combate, babitadas por poblaciones paci-
ficas, laboriosas y confiadas. Pero precisamente eso es lo que buscan
los eriminales del aire; herir al inocente, desbaratar la labor del artesano,

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y profanada, yace enterrada entre de escombros.-El marxhmn oo ■ • . ,

niarx^smo es el impeno de las ruinas.

sembrar lagnmas en hogares fences.-Asi entregaron su vida el nino
que jugaba el estudioso mozo, el trabajador que rendia su labor en el
taller, la pobre mujer o el anciano que no pudieron, faltos de agilidad
guarecerse a tiempo en el réfugie prevenido

Muestra cumplidisima de lo antedicho, fueron-un ejemplo entre tantos
mas-los bombardeos sufridos, en los dias 3 y 8 de Abril, por Valladolid
la antigua capital de las Espanas, hendiida de gloriosas memorias, cuya
evocacion no puede menos de constituir un incentivo para el ciego ren-
cor de los rojos sin patria. Los efectos de aquellos ataques alevosos
se registraron con caracteres terrorificos, en casas habitadas por
c ase media y pueblo trabajador. Sucumbieron unas 70 personas, de
ellas bastantes mujeres y ninos. Nota especialmente patética es la de
aquella madré que habiendo ido a recoger a sus dos hijos pequenos
al colegio, volvia con ellos, siendo las très personas heridas mortal-

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La casa humilde cayó verticalmente. — Unos momentos antes hahia en ella risas ij hienestar. — Una
canción salia de la cocina con el aroma del puchero diario. — Los nines jugaban.— Y de pronto se
acabaron los cantos y las risas. —
Se alzó el montón monstruoso de los escombros y bajo ellos que-
daron sepultadas las esperanzas de una existencia modesta y feliz.

mente por la explosion.—También el dia 3 de Mayo llegó la muerte
en avion rojo a muchos hogares, esta vez en Zaragoza, la ciudad que
se hizo inmortal por su fé religiosa y su ardor patriótico. El estrago
del bombardeo padecido en aquella fecha correspondió a la calle de
Don Jaime, de senalada importancia comercial y de obligado tran-
sito entre las dos Gatedrales que, como es sabido, posee Zaragoza.
Seis
O siete casas quedaron mutiladas, cuando no totalmente destruidas.
Entre los escombros quedaron enterrados numerosos muertos y heridos.
Emoción singulan\'sima fué la suscitada por el cadaver de un nino,
decapitado por la explosion pero cuya carterita de colegial quedó patetica-
mente colgada de sus hombros. Y el avion no quiso abandonar el cielo zara-
gozano sin dejar caer nuevas bombas sobre la barriada, netamente popular
y obrera del Puente del Virrey. En una de estas casas modestas, perdió su
vida una familia compuesta de matrimonio, dos hijas y una nietecita.

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Mâs muertos, profusion de heridos, en la orilla de una acequia, junto al
camino que da acceso a la barriada. En conjunto, cincuenta cadaveres,
unos doscientos heridos. Entre los muertos, unes quince niiios cuyas vidas
quedaron néciamente fmstradas. ^Qué promesas escondi\'an, qué futura
luz se adivmaba en estas pupilas infantiles, apagadas para siempre por
el crimen de unos malvados? En los nifios supervivientes, la revelación
tremenda del dolor innecesario, de ia crueldad feróz

Reincidencia de la agresión aérea a Zaragoza,la hubo e\'l dia 6 del mismo
més. Ahora fué La Seo el blanco escogido. Tres bombas cayeron sobre
este valioso monumento, que ocasionaron tristes desperfectos. Un poco
de mayor acierto en el bombardeo,
y La Seo habria quedado deshecha.
Acaso tambien El Pilar. Dos granadas cayeron en la calle de Torrenueva.
Danos considerables en los Almacenes Sepu; destrucción de una casa
próxima; tres muertos y once heridos. Aün mâs: estas lecciones de bar-

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cQuiénes son estas victimas que Ia desgracia ha confundido? — Extremidades varoniles se confunden
con delicadas formas femeninas. — Gentes que pasaban por la caïle con un afan de trabajo o un
sueno de amor. — Los "redentores del pueblo" no les perdonaron. — Sentir y pensar honradamente es
un delito para los sicarios de Stalin.

barie fueron repetidas en la propia Zaragoza, en la madrugada del di\'a
13. Unos aviones actuaron sobre el populoso y modesto barrio llamado
La Democracia; la mayor parte de sus habitantes dormi\'an aûn; en la
confianza del sueno, perdieron la vida catorce personas, siendo odienta
el nùmero de heridos. Gran parte de estas victimas, mujeres y ninos
de obreros. La incursion criminal se repitio en la tarde del mismo dia. Esta
vez, fueron bombardeados el Hospital Provincial y el Refugio Asilo de an-
cianos,establecimiento en el que,ademâs,se encuentra instalada una sección
de la Gota de Leche. Gracias a Dios, este bombardeo no produjo mâs que
danos materiales. Pero el ataque aéreo ocasiono en otros lugares de Zara-
goza, mayor estrago, resultando un obrero muerto y seis heridos.
Mâs bombas sobre ciudades abiertas. La ciudad de Granada, de funda-
mental importancia en el Arte Hispânico y de acendrada significación
en la Historia patria, por representar su conquista en 1492 la consuma-

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... ^ -■ ............ . ■Iill— jliL WF ^BM

El informe montón de escombros que obstruyó de improvisa la callo u

, - ^ , -j j cane, üetuvo en su marcha al potente

auto domenando su veloeidad. "\'wiu ui ^ui^uic

Nada puede dar una idea tan qràfica de los horrores de estot i

, ., . , ,1 , "\'^"^bardeos alevosos como este auto-

movil emergienao apenas de los restos de una casa en ruinas.

La madré herida en la frente y en el aima contempla a su hnr> . . ...

-, . ,, . . , . ^ " "Uo atormentado por el dolor.-A los

dos les alcanzo la metralla marxista y les dejo marcados con ,/» c«»^ w w , ^ r

I • I - » , I ., con un seilo de dolor u de fueao. —

Estas gentes no olvidaran.-Mientras duren sus vidas sólo hnhni «« „u /utry^^.

por el dolor inûtil causado por los bârbaros. " P^^ir justicia

%

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ción de la Unidad Nacional, también ha conocido, y reiteradamente, en
los di\'as aludidos la embestida por los aires de la revolución roja. ^Es
en la Alhambra-debieron pensar los aviadores marxistas-donde se
conservan las mas preciadas riquezas monumentales de la ciudad? Pues
seis aviones marxistas vertieron el dia 11 su metralla sobre la célébré colina
en intento, por fortuna maiogrado, de destruir un monumento tan de-
licado
y singular como ei Generalife, y no olvidaron el Sacro Monte. Aba-
di\'a famosa y Universidad libre muy acreditada a través de los siglos en
la formación de clérigos y juristas; construcciôn asimismo, de valor monu-
mental sobre cuevas que guardan reliquias de santos y mârtires.
Siete de las bombas cayeron sobre la cupula del Colegio Viejo, destro-
zando la capilla, las galenas y los cuartos de los alumnos, quienes
advertidos del peligro buscaron refugio en los sótanos sin que lograra
salvarse uno solo de aquéilos mudiadios aün ninos. Otra de las bombas

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Cuando la muerte les alcanzó iban cada uno a sus afanes. — El hombre del primer término a ganar
el pan de sus hijos; los otros conversaban quizds en un grupo en medio de la calle — Eran gentes paci-
ficas que vivian en la ciudad abierta.— Y ahi estan sus cuerpos rigidos y frios atestiguando Ia
barbarie enemiga que no respeta ni sexos, ni edades y elige como victimas al vecino pacifico y a Ia
inocente infancia.

cayó en la galeria que va de la Tumba Sagrada a la Iglesia, y otra en
el huerto y en la plazoleta de la Abadi\'a, causando grandes destrozos.
La capilla de La Virgen del Rosario, quedó totalmente deshecha. El odio
a la ensenanza católica y popular, lanzó nuevas bombas sobre las Escue-
las del Avemaria, fundación del Padre Manjón, de renombre universal.
Desviadas providencialmente, cayeron las bombas fuera del recinto, pero
la intención quedó claramente apuntada.

Y por si en los vandalicos ejercicios de la aviación roja faltase algo,
para acabar de demostrar que sus designios se vienen cifrando en la
destrucción por la destrucción, sin miramiento de ninguna especie a la
población civil, antes al contrario, con satânica p>referencia por hacer
victimas entre mujeres y ninos, sin el respeto mâs elemental, a las joy as
del Arte, a los testimonios de la Historia, a las creaciones de la Fé; si faltaba
algo, repetimos, para ultimar los motivos de la execración universal, lo

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La nina se despierta.-Se lleva la mano a su frente inocente para alejar
pesadilla espantosa. -6Donde esta su mamd que iba con
ella?~iPobre
que acaso no volverds a ver a tu madre!

una
nina

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El niho después de la cura dolorosa se ha quedado dormidito en la cama de la clinica como cuando
le cunaba la madre. — lAcaso suena? Si, suena con un mundo humano en que los hombres no
son fieras. — Terrible despertar el suyo cuando el dolor vuelva a morder sus carnes y le vuelva
a la realidad angustiosa.

Parecen muhequitos de trapo que ha tirado un viento travieso. —Pero son muhequillos de carne,
y hueso y sangre.-De carne rosada que era la promesa de unas vidas felices.-Y el viento que les
tirô es el de la muerte que levantaban unos aparatos soviéticos en que iban escritas unas hipôcritas
divisas de progreso y de humanidad.

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Acaso este hacmamiento de cadaveres constituia antes una fnmiUr.. j i

" r^ ^ • . " lamilm: los padres, los cinco a seis

ninos, la abueia, las sirvientas . . . Como estuvieron juntos en la nirin ^ * - i

. . . , . " lo estan en la muerte tambien.—

Si sus asesmos tuviesen conciencia c.que pensarian cuando al rpnrp„r,r- ^

„ .s., - - , \'^^^y^^sar a sus casas se encontrasen con

sus mujeres e hi]os?-6No sentman en si^ corazon la desesperación de Cain?

En Loja (Granada) habia una bella y venerable iglesia varromnni .i- i e

.. rr J \' lu r^ J 1 T purroquial que presidia el afan piadoso

del pueblo. - Un dm pasaron por alh las fieras del Apocalipsis, corrió la sanqre ardieron li casas
y las llamas no respetaron el templo.-He aqui lo que ha auedn^n
1 / «^dierori las casas
^ , . u u ■ ^ 1 u ^ ^ ^ \'IU queaaao de la casa de Dios, mudo u

acusador testimomo de la barbarie de las hordas marxistas.

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Por aqui ha pasado el marxismo. — Del pueblecito alegre que era Pozuelo, las hordas rojas sólo han
dejado un montón de escombros, caracteristico de quienes no saben aceptar la derrota. sino entre
desolación y ruinas.

encontramos en el bombardeo que el dia 9 de Mayo sufrió la ciudad
de Górdoba, donde la aviación roja infligió graves danos al edificio
del Dispensario Antipalùdico, siendo de notar que de la seis personas
heridas en la población civil, dos eran mujeres y otras dos ninas de muy
corta edad. Con anterioridad, fué bombardeado el Hospital Militar de
la misma Capital, produciendo varias bajas entre familiares que visi-
taban a soldados heridos.

Y no olvidemos como dato concordante el bombardeo del Hospital
Militar de Melilla, con muertos y heridos en el personal médico y técnico
en general del establecimiento. Ni el bombardeo de otro Hospital mâs,el de
Toledo, con victimas también. Es precisamente asi como se dégrada hasta
la bestialidad mâs répugnante el empleo de los instrumentes de guerra
que la inteligencia humana ha creado y perfeccionado para disciplinar la
fuerza, ennobleciéndola, en el servicio de los grandes ideales colectivos.

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En el Norte y en el Sur, la estampa mars^ista es siempre la misma -
De la casa de D.José Chacôn en Puente Genil (Côrdoba) solo han quedado
estas muras calcinados.

Imprenta Nacional Salamanca

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