Lunes 13 de agosto de 1917
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Año XI* Época tercera - Hflaero634
REDACCIÓN Y ADMNISfRACIÖN;
«ERCADERS, 25, primero ' BARGELOWÄ
TELÉFONO A5S7 (A.)
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precios í>e sjsgíupcíocí
ßjrcalatia, un tus. . . . . . . .
Espiáa, uti «es» . . «...«.
Extrarijsro.triiiäätre. .' . • .' . . Ídem ss tunca. ......
Ídem aSo, .... . .
Espifía.—Paqaiieia jj aje nplarai.' ¿
Sítraaj ero.—lian, Idasa í |
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Órgano de la CottfederaclöalReglonal del Trabajo de Catalufla y portavoz de la Coafederaolóa Nacional del Trabajo
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*J1 proletariado organizado saltando por encima de todos los obstáculos ss lanza abiertamente
a la calle para reconquistar sus derechos e imponer sus reivindicaciones :: Toda vacilación, toda duda, puede comprometer el éxito de la sacrosanta causa que defendemos :: Sin vacilar, laáeíantQ en toda la línea! :: La burguesía y las autoridades se han burlado de nuestras quejas
roíestas, encarcelándonos y persiguiéndonos, pero ¡por tía! lia llegado
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y
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¡Adelante, pues, siempre adelante!
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la hora de la venganza y de la Justicia
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terra
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A LA HÜBrCjA GENERA!.
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del paro
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LOS f$l*Í3H3r.3S l!1@mSEll@S
represalias ■ Esitysiastno
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Las
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Una revolución política cuenta in-
dudablemente con más partidarios en las clases media y conservad ora que en el proletariado y en los ele- mentos populares. Una revolución que sólo afecta a la
estructura del Estado, al conjunto de institu iones jurídico-admin s rati- víis con que el capitalismo regula su sistema de explotación del traba'o, no es un peligro para los privilegia- dos y la plutocracia, ni tan joco una amenaza para aquellos pri\i! gios se- culares que han sido el irotivo de cien mil insurrecciones. Loa cambios de gobierno se han
suceddo sin interrupción, desan- grándose los pueblos en luchas tan esit.¡|e3 como trágicas, se ha pasado de un feo uerno a otro, se ha ido cíe la teócrata y t\ despotismo de ori" gen clivu.o a \a mq (Wr^u^ í"armtitU_ cional, de ésta a ¡a Repoblica y a 'a plenitud de la democracia sin qus el trabajador haya obtenido otras ventajas que cambiar de nombre
pa ías, noids, sxrcn «sT-ayerr"noy^pro- letario, es decir, esclavo siempre. Y para mavor escarnio, a ese esclavo que con la fuerza de su brazo y de su inteligencia va transformando el mundo, se le llama hombre libre, cargado de deberes y sin ningún de- recho, para quien la ley es tan justa que es igual tanto para el rico como para el pobre. _ Este es el resultado de las revolu-
ciones políticas que en síntesis no han tenido otra virtud que hacer cambiar de amo al pueblo. Todavía no se ha hecho ninguna, pars ter- minar definitivamente con todcs Jos amos, que fuera en beneficio propio, |
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que no resultara un eng«^ > para el
pueblo. Yes que una revolución circuns-
crita al terreno político es, ha sido y se-i s'enpre un fraude en perjui- cio del pueblo. Limitar la translormación social
a los órganos d:l g »bierno será, -y viene siéndolo, el objetivo de los po- líticos prolesionales, nunca el de un verdadero revolucionario. Ya lo de- cían entre los parlamentarios Cambó y alguno-más, que ellos no van con tra la esen'ia del régimen, y sabemo? de buena tinta que se opondrán a un movimiento de clase del que pudiera salir per udica la la burguesía. Esto naturalmente, sin negar tlguna que otra excepción. Con la revolución social, que no
tardar i en ser europea, a m )ue hasta hoy sólo l'-spaña parece a simple vis t» r\'ierin»«5ia a seguir e\ ejem >lo de] puebla rus >, sólo «í proletariado esta es el proletariado quien anhela un cambio profunda de la sosiedid. Wr> t>« «filo la, in ¡usticia p íífiV.a Hel
carcomido régimen monárquico con lo que hay que termmar. la in'usti- cia económica, la desiguald d d; clases, etc., han de acabar por el re- sultado de la lucha de clases, por la revolución social. El capitalismo es tan malo o peor
que el regimei monárqu co. Conrta la monarqu a, muy bien;
pro tamoién contra los terratenien- tes, contra los capitalistas, contra la plutocracia. El proletariado quiere poner un
término a la desigualdad de clases y a la injusti ¡a económica, y quien no esté con el proletariado es un ene- migo. |
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Coafjsañfi. y el Gobierna en rid;a&slis
la huelga, genera»" |
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Í3í) ¿¡¡33
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Hoy.se plantéala huelga gene/al
en toda España. Pero una huelga in- definida, sin plazo para terminarla, Una huelga deséala, esperada. _ Para plantearla, no ha habido ni
dudas ni vaciDcionef.Para terminar- la, no habrá pactos ni componendas. \!adie que pueda comprársele n' quien quiera venderse. Es una huelga de odios, da ven-
ganzas; por hambre, por miseria, por orivaciones y humillaciones su'rielas. Una huelga por dignidad, por deco- ro, por veegaenza. Y se venrerá. venceremos los obre-
ros, sino confiamos la emprea a quien pueda encalarnos. Vene re- mos, si n ■■ desconfiamos da nosotros mi» nos. Venceremos si no somos ■ ,T-«-:-r- - —*■»!-- V»nr* ímas si Jjs
altos designios de la Justicia son cum-
plidos por todos con rigurosa igual dad... Goa lioras supremas; momentos
graves. Una duda, vacilaciones, y to- do se ha perdido. La España del Key, de los títulos
nobiliarios, de los sangres azules; la España que a la hora de ahora está veraneando en las playas de moda; la España del vicio y d^l robo, del ase- sinato y del crimen legalizado; la lis- paña d; las grandes empresas, de los banqueros, de las intrigas pala riegas, está otra vez—y esa, definitivamente —frente a frente a la España nuestra, a la que nosotros pertenecemos, a la España del Trabajo, de los misera- bles, de las explotados... Y en momentos solemnes, único?,
no podemos dudar de nuestro valer ni de nuestro valor. Sería tanto co- mo consentir la explotación de que somos objeto. Sería tanto como re- nunciar al derecho que tenemos a la vida. Tanto como no tener vergüenza. El proletariado español secundará
hoy el movimiento iniciada por los ferroviarios. La vida de la nación quedará parali ada. Y lo que no pudo ser ayer, ser-á hoy. Lo que pareció una utopia, es una realidad. Y ahora con más odio que antes. La venganza ha de ser terrible. Se
empeñó el Gobierno, éste o el o"ro, cualquiera, todos, en hacernos vivir un régimen de excepción, y se con- vencerá que equivocó el procedimien- to. Se empeña la justicia en perse- guirnos, en condenarnos, y la actitud de rebeldía de las vícúmas no podía faltar. Se empeñaron los curgueses en no conceder ninguna de las mejoras solicitadas insistentemente por los |
reres, y esto ha colmado la medida
prudencia y razonamientos que
nos imponían y otros acataban. Se
«.n empeñado los almacenistas y aun
hs tenderos en explotarnos, robarnos,
esto tiene un límite. Se han empeña
0 tocios en no hacer caso de nada
j ios negacios tienen sus quebradas Por esto hoy se comienza la hueltj»
jjeneral con todas sus consecuencias orque se empeñan ahora los óbre-
os en que esto no continúe así. v no ootinuará. '• Soló tenemos los obreros una cosa i« perder: la vida. Y la vida, ¡a con
í amimos cebarde y silenciasament ¡a el taller o en el despach?; ea la. j i brisa o en el periódico. Da una vez 1 ara siempre, virimos con ver¿r.,enza
r ti , i no* dignamen f& La lue ¡a de ahora, es exclusiva-
mente nuestra, del proletariado. Lo c|ue hace poco n> se atrevió el Go- bie no contra los parlamentarios, lo va a hacer contra los obreros. Vigilará la guar lia civil, calles y
plazas, con sc/erisimas órdenes para impedir que ningún ciudadano se ex- tra'imiíe. No hay necesidad de que a tales individuos se les den órdenes para comster cualquier desmAn. Pe- ro por algo somos hombres. Si la guardia civil va contra los obreros, ¡os obreros irán contra la guardia ci- vil Si macan, y cómo maten, matare-
mos. Si pegan, y cómo peguen, pe- garemos. Hánse terminado ya las considerá-
ronos. Vames a la huelga general por y para algo. Porque sí, no. He- mos de'inido clara y concisamente nuestra actitud y a conseguir el ob- jetivo pjr el cual se declara el movi- miento, vamos. Hoy se declara la huelga general
Y al campesino le decimos: Abindo- na las tierras: crúzate de brazos. Y a! panadero Huye del obrador.¡Y al minero: Sal de la mina. Y a todos. Abandonad el trabajo. Arrojad las herramientas al fondo del mar. Quien no tenga que comer, que no coma. Ahora,segura ne :te no serás tú quien así te encuentres; serán los otros. No tengáis consideración a nadie-
Se vence si se sabe luchar. Pensad to- dos lo que sucedería si fuéramos vencidos. Y ahora, a obrar. A luchar. A ex'gir nuestr ís derechos, ya que se nos imponen deberes. En pie no debe quedar nada, na-
da. O ellos, o nosotros |
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muestra que, incluso la mayor parte
del personal asociado en la entidad amarilla, se puso al lado de los de- más compañeros, abandonando el trabajo. IfLa noche en que fué planteada la
huelga reinó una animación indes- criptible en el local del Sindicato Norte. Todos los empleados que abando-
naban el trabajo siguiendo las ins- trucciones recibidas, eran recibidos c m muestras de gran simpatía. Momentos despu's de las doce de
la noche, el paro era absoluto en la estación y ta lere3 de Barcelona y San Andrés. A consecuencia ¿s la grandiosidad
de 1 ¡ huelga, han sido suprimidos <a mayor parte de los trenes de viajeros y de mercancías. La^ noticias particulares que obran
en nuestro poder, de Zaragoza, Va- lencia, MirandaT Tarrasa, Sabadell, Lérida, Manresa, Madrid y demás secciones, acusan el mismo resultado favorab'e para la causa del proleta- riado. Alegrémonos, pues, de que el pri-
mer chispazo anunciador del fin de un régimen podrido hasta los ci- mientos, haya sido hocho con tanta ortuna. Ahora son todos los ferroviarios de
las restantes Compañías que van a la huelga por solidaridad CjII los cama- radas del Norte y para acabar con el despotismo criminal de las Em- presas. Es el proletariado español que ha
tomado también la decsión de ocu- par su puesto en esta formidable lu- cha. La hora suprema y fatal para la monarquía española ha llegado. No lo olvidéis. Sepamos cumplir todos con nues-
tro deber. ¡Viva la huelga generali
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lh Ilejado la hora supre na de las
randes resoluciones. La proyectada huelga ferroviaria del Sindicato Nor- e ha sido planteada admirablemen- te por las 29 secciones, gracias a la miopía mental de los imbéciles que ?stán al frente del gobierno datista y. de la em >resa ferroviaria. La huelga, que empezó la noche
del diez de agost), ha constituido un iriunro completo para el Sindicato Norte. Sin haber podido realizar ac- tos p'iblicos de preparación y propa- ga ida, los ferroviarios han efectuado un paro absoluto, inesperado. ¿üóndí hallar la e aplicación del
por qué se ha llegado al planteamien- to de ua :n y.'ienieat > íar importantí-
simo? No es diíícil encontrarla para quienes han seguido paso a p so las penalidades sufridas por los Ierrovia- rios que no quisieron someterse al estúpido borregato de la Compañía. De todos son conocidas las persis-
tentes represalias de las empresas con- tra los obraros asociados, los despi- dos injus.ificados y otras venganzas mezqu n is que despertaron los sen- timientos rebeldes de bs obreros fe- r "aviarias. -••*■ Era natural pues, que al llegar al
gravísima momento actual, en cada obrero ferroviario se encontrase un hombre convencido y preparado pa- ra la batalla decisiva que se^ya a em- peñar entre el proletariado y las cla- ses p irasitarias que sacriíicaron ca- nallescamente el porvenir del pueblo español. Por esto ha sido posible que el Sin-
dicato Norte saliese tan airoso de su formidable acciin huelgu'súca. Con- tra lo que vienen diciendo los malos gobernantes que rigen los destinos de España, la orden de paro en la lín a del Norte fué secundada por tsdos los empleados. Y que el entu- siasmo ha sido imponente, lo de- |
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en la esíera en que te muevas y ve-
rás cuín pronto viene a tu lado le razón. En la sacie lad actual, la razón e¡
el perro faldero de la fuerza. |
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¿No habéis presenciado nunca una
reyerta en ¡a cual el ofendido acabó mordiendo el polvo, obligado por Ioí puños de su ofensor? ¿No sabéis de ningún duelo cuyo
desenlace haya sido fatal para aquel cuvo honor o cuya reputación fueron menoscabados por el vencedor.^ Los asuntos cuya solución se con-
fía a la fuerza, tienen por término descontado el triun;o de la misma. Y desgraciadamente la fuerza, es
el único ele r.ent > de juicio con que cuenta la presente organización so- cial. ¿Es que la fuerza bruta es la su-
prema razón? No; la fuerza, raras ve- ces tiene la razón por comp mera; pero donde no existe la fuerza de la razón, ésta es suplantada por la ra- zón de la fuerza. De este modo viene viviendo la
humanidad desde que el primer bru- to ensmó los puños a sus conveci- nos para _ hacerse respetar. De este m do venimos viviendo los obreros. Cada vez que formulamos alguna de- manda, cuya justicia, son nuestros mismos enemigos los primeros en reconocer, un sable, un fusil, un ar- tículo del código nos sale al paso pa- ra preguntarnos por nuestra fuerza. Si ésta nos acompaña, somos tenidos por ridículos e ¡anos, por estúpidos ilusos, por candidos soñadores. Se nos apalea sin piedad, se nos veja, se nos escarnece, se nos insulta, se nos crucifica y todo el mundo da la razón a nuestros vencedores. ¿Es que la razón es la fuerza? No.
¿Dónde está, pues la razón? Camarada: se fuerte, se poderoso
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i ii irplí i:íi oiría i1 §Él;ii
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Ferroviarios
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Hueatrsss eoni]§aliaros de
la línea del §§opie, es tan ©si la salle, Hoy, lea- si3%S3s obreros de iO" das las regiones* decla- ra a la huelga gsneral. ¿Y vosotros? ¿Espara-
réis que se ©umpla e:
tolano se fíalas!;» por la ley para sumaros a! mo- vimiento? Es coveniente no espe^
réis ya más. Declaraos en rebeldía
hoy mismo. Suspended el trabajo. Abandonad la estación. (Viva la huelgal |
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La organización obrera considerará
como traidores a todos los que direc- ta o indirectamente propaguen noti- cias contra la efectividad de la huel- ga general. La paralización de los tranvías y
del arte rodado ha de realizarse in- mediatamente y por todos los medios. Puesto que hemos llegado *al movi-
miento que se deseaba que cada cual cumpla con su deber. Se debe procurar a todo tranco
que todo el mundo esté en la calle: jóvenes, viejos, mujeres, hombres, todos en la calle. Las puertas de las tiendas y casas
deben estar completamente abiertas. No se deben obedecer otras órde-
nes que las de los Comités. La orientación del movimiento ss
mantendrá por parte do los Comités con hojas que a su efecto se publi- carán. (Serenidad! ¡Energía!
LOS COftUTÉS
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CAMARADAS:
Después de la circular a'vosotros
últimamente remitida poco resta que decir a estos Comités respecto del movimiento que ya es un hecho. Pe- ro, sin embargo, deseando puntuali- zar algo más, aunque no, es momen- to de hablar, sino de hacer, desea- mos tengáis en' cuenta todos los de- talles siguientes para lograr el fin de- seado. Precisa que de una manera categó-
rica, los Sindicatos aseguren el paro de sus respectivos oficios, con la ma- yor rapidez posible y el más corto plazo. Toda dilación en este sentido, será
perjudicial para nosotros mismos. A toda agresión de la fuerza arma-
da, hay que contestar inmediatamen- te en la misma forma, pues la sangre de los nuestros vale más, mucho más que la de todos los tiranos. No_desperdiciéis vuestras municio-
nes tirando en balde, pues escasean; aprovechadlas, haciendo blanco si es posible. |
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y el momento no llegaba. La impa-
ciencia consumía a todos y la semi- lla del excepticismo empegaba a ger- minar en los ánimos más valerosos. No obstante,el embarazo seguía su
curso normal y por lo tanto era jor- - JÍ9Ü esperar el natural desenlace. Y el desenlace se acerca, se adivi-
na, se ve, se palpa en el ambiente. Los primeros chispados han fulgu-
rado Ya, no tardará pues er. venir\ el incendio. Los primeros rayos han rasgado la obscuridad del firmamen- to; la tempestad se acerca: ese será el parto: la tempestad. Proletario: prepárate para hacer
frente a la tormenta. La hora supre- ma está al caer. El fruto que España lleva en sus
entrañas, engendrado por la indig- nación, el sufrimiento, el hambre y la desesperación, está a punto de per la /«f del dia. ¡Prepárate, proletario!
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España está preñada. La preñen
de la sufrida matrona, hanla det&r» minado el cansancio, la indignación, el sufrimiento, el hambre, la pacien- cia mortal de aquellos de sus mora- dores, que arrastran su vida bajo la planta infamante de la explotación capitalista y autoritaria. España está preñada y se halla en
si último mes de su embarazo. El vientre de esta nación mil peces
desdichada, es un polcan, en cuyo interior, fuerzas apenas conocidas y estudiadas, libran terribles luchas. La sufrida matrona está en Pisperas de dar a lu¡. Hace ya demasiado tiempo que los
dolores precursores del alumbramien- to se dejan sentir; en dipersas ocasio- nes, han anunciado la ¡legada del anhelado movimiento. |
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JSoXldö,x*xcla,ca. otorera
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' día continuar y era previsto el esta-
llido revolucionario que viniera a imponer soluciones des e abajo, ya que la incapacidad, la rutina y el espotismo imperaba arriba, menu- deando el procedimiento de ahogar las quejas a sablazos, a tiro3, y en- carcelando a todo individuo que se atrevía a protestar, a exponer su dis- conformidad con tales procedimien- tos de Gobierno. Todo tiene un fin, y la paciencia
del proletariado español está agota- da; por eso ahora, unánime y resuel- to sabe cruzarse de brazos, procla- mando solemnemente la Huelga Ge- neral Revolucionaria, para dar fin definitivamente a su largo e infaman- te calvario. El pueblo español, los obreros to-
dos, vibrantes de indignación, escu- pen su despr ció a la faz de los tira- nos, de toda e?a taifa de judíos bur- gueses, que antes que ceder un pe- queño aumento en los salarios de sus esclavos, prefieren perder millones de p-setas. Bien, bandidos, ha llega- d ) nuestra hora, ¿lo oís.1 Temb ad mi- serables negreros, desviadores de re- voluciones, temblad polizontes inde- centes jauría repugnante, ¡ha llega- do nuestra hora...! Abusasteis hasta el extremo, pjor
la excesiva pasividad del puebió Creíais, oh insensatosl que el ciclo de las revoluciones se había cerrado difinitivamente, y sin compasión abu- sabais de esta ficticia seguridad, que repentinamente se viene abajo, apa- reciendo la realidad amenazadora y vengativa. |
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la llegado «1
Loa Inauditos atropellos de unos
gobernantes insolentemente arbitra- rios y la venganza irritante de la Com- pañía de Ferrocarriles del Norte han colmado la medida. Los compañeros ferroviarios han
recogido el rete de sus explotado- res insaciables y han proclamado la huelga. El gobierno, mercenario y servil
ha amordazado a la Prensa, ha de- cretado el más udioso de los silen- cios par-' nVrar 'on la miserable im- punidad . miedo cerval le im- f>one en la obra criminal de defender os intereses aeíandos de la plutocra- cia ferroviaria. No bastándole las cuadrillas de des-
dichados esclavos, de degenerados eunuco , traidores a la clase, deserto res del pro etariado, que con una des- vergüenza inconcebible confiesan res petar el látigo que fustiga sus espal das de irredentos y lamer la mano de sus am s, ha concebido la idea cri- minal de convertir en esquirols de si mismos a los obreros conscientes de bus derechos, a los trabajadores amantes de su dignidad, amenazán- doles con el código, la cárcel o el fu- silamiento si se resisten a cometer la villanía de traicionar la huelga rei- vindicadora de sus derechos holla- dos, dignificadora de la cl^se prole- taria. |
Esto es una inconcebible ignomi-
nia, un atropello intolerable, una ca- nallería y una infamia contra la que todo el proletariado debe levantarse en masa. La Compañía del Norte ha movili-
zado todas sus cuadrillas de amari- llos, de traidores, de mercenarios ambiciosos e inútiles, escoria del pro- letariado para que, en estos momen- tos supremos de rebeldía reivindica- dora, acudan a la de ensa de los ia- teses de los bandidos que, en su am- bición insaciable de riquezas, conde- nan al hambre y a la miseria alos obreros del carril, y el Gobierno, compuesto por burgueses, accionis- tas y consejeros de esas Compañías, quienes para poder seguir cobrando los fabulosos sueldos, gratificaciones y minuta que la plutocracia ferroca-
rrilera les regala, necesitan que los fe- rroviarios continúen trabajando co- mo autómatas embrutecidos por la fatiga, hambrientos y miserables, rao- vili an o quieren movilizar a los com- pañeros ferroviarios que pertenecen al ejército y a las reservas del mismo, disponie do de ellos como los capa- taces de los ingenios americanos dis- ponían tiempo atrás de los infelices negros. El pretexto, es el de que tratánd se
dé servicios públicos, cumple su de- ber de impedir que el páb ico salga perjudicado. ¡Mentira! Si la explotación de los
ferrocarriles es un servicio público, por qué no están nacionalizadas to- das las líneas férreas? |
POR FIN!
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El ejército es para defender a la
nación contra los ataques del ex- terior. Emplear a los soldados en la de-
fensa de las Compañías ferroviarias, es lo mismo que emplearlos en de- fender los intereses de los ladrones en contra de los robados, de los mis- mos soldados, de la clase proletaria a la cual pertenecen. Ante estos hechos de la burguesía
y los gobernantes, hechos que son el colmo del cinismo y de la más des- carada de las provocaciones, el pro- letariado no puede hacer otra cosa que dar rienda suelta a su indigna- ción acudiendo decididamente al lado de los compañeros ferroviarios, for- mar con ellos la falange revolucio- naria y cerrar, ebrios de entusiasmo, contra la plutocracia explotadora, el Go >ierno, los sicarios, los mercena- rios y los traidores de toda clase. Los obreros en masa deben, sin
tardanza ni vacilación alguna, negar- se a trabajar, mientras no se dé sa- tisíacción a los compañeros ferrovia- rios, y si son atropellados hacer pa- gar cara su infamia a los atropella- dores. El momento decisivo ha llegado
El instante tan ansiado por todos cuantos sienten ansias reivindicado- ras, se ha presentado. Ya no es hora de hablar, ni discu-
tir; sino de obrar. ¡En marcha todos«
¡Viva la huelga general! >
¡Abajo los explotadores y lös ti-
ranos! |
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Los atropellos, los abusos, las ar-
bitrariedades, las infamias, vuestros crímenes, han tenido la virtualidad de desprtar al dormido pueblo, de dignificarlo con este bello y arrogan- te gesto que acaba de preisa.se, des* pues de tantas vacilaciones, declaran- do y proclamando la huelga general revolucionaria. Queremos vencer y venceremos; s porque es necesario triunfar en toda la lineaporque es pre- ciso que de una vez salgamos de esta precaria y denigrante situación, sino queremos morir lentamente, como despreciables esclavos. Es indisp n- sable vencer, porque nuestros tira- nos señan terribles, una vez pasado el peligro, después de conjurada la tormenta, des anecido el pánico qué los inutiliza y los acobarda ante la gravedad del momento por ellos mismos fomentado. Nuestra voluntad ha de ser inven-
cible y hemos de conjurarnos para vencerá todo trance o disponernos a morir de endiendo Que ; ¡s reivin- dicaciones No vaciléis; que cuando se lucha toda vacilación es pernicio- sa y la flojedad de carácter, suicida. ! lay que imponers desde e' primer momento: con resolución, con el pen- semiento fijo en el triunfo, en la vic- toria final Para ello, par u conse- cución, sed terribles, sed in exibles, sed irreductibles, sed implacables, sed hombres. |
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Cesen ya las quejas y los lamentos;
cesen los murmullos y las protestas; ha llegado la hora de obrar con ener- gía y decisión. En estos momentos iniciales de la Gran Huelga, cállense los pusilánimes y los cobardes y de- jen piso a los que tienen cuentas que liquidar, a los que han acumulado odio c Jntra los tiranos; a los que han sufrido vejámenes y persecuciones y han tenido el admirable estoicismo de saoer esperar el momento oportu- no, la circunstancia favorable para as~ei|ajBsu golpe vengativo y libera- dor. L^s vampiros, los 'explotadores,
los mercaderes, los gobernantes, no pueden quejarse ni tildar os de im- pacientes ni de partidarios de la re- volución por la revolución. En agos- to 401914 empezamos a pedir, co- me&zam s a suplicar; núes ras que- jas y nuestras súplicas fueron inúti- les. Ni avisos, ni ruegos, ni amenazas valieron; todo lué inútil. Por fin, el proletariado, el pueblo, ha compren- dida que la Justicia, el Pan y la Li- berad es ituitiL pedirla y que sólo procede, cuando no se quiere oir, toiriisela, arrollando a los que la de- tentan. Cuondo las víctimas perd'an la
esperanza de vengarse de 1 s victi- marios, la ocasión única se presenta y el preciso aprovecharla, luchando denodadamente hasta vencer o morir. La situación actual no puede, no po- |
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PROPASA ESTA HOJA
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Cataluña, como siempre, debe dar el ejemplo de su alio espíritu revolucionario - Cn los momentos* de organización, seamos prudentes y
serenos, en los momentos de lucha, seamos valerosos y audaces* - Xos judíos de "Xa Xliga J(eaiona/isiau quisieron desviar el movimien o emancipador; los trabajadores de Gaiaiuña deben aplastar a los miserab/es que ¡safronizaron elpacto"delhambre y que en 1909 aconseja* on el: í(/delateut Üelakul"
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jCamaradas; trabajadores, ciudadanos todos; con un solo pensamiento
y una sola voluntad cumplamos con nuestro deber!
¡Bu estas horas de prueba, toda vacilación es cobardía; vayamos re-
suelta y serenamente a derrumbar el imperio de todas las injusticias; en C italuñá y Espana toda, los ejércitos del trabajo se han lanzado
á la Huelga General!
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JUSTICIA, A LA LUCHAI1
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LA LIBERTAD Y P
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Qamarada: abramos paso a la Revolución triunfante que avanza
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neral!
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Viva
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Barcelona, Agosto do 1917»
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ial de! líalo,
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